Tu Vehículo, Tu arma
Una de las mejores herramientas que podrás tener a tu alcance será tu automóvil. Este no solo te aportará un refugio donde poder detener ciertas agresiones físicas, sino que te dará la posibilidad de escapar del lugar donde te encuentres. Pero para una eficiente ejecución de esto, es importante conocer algunas técnicas de conducción de seguridad.
No te entretengas
Lo primero es arrancar y salir rápido del lugar donde te encuentres. Esto te dará la primera ventaja de espacio entre tu coche y el supuesto vehículo que tenga la intención de seguirte. No te pares a hacer nada que pueda restarte tiempo, el agresor podría estar escondido fuera de su vehículo y estará en desventaja al tener que montarse en su vehículo, arrancar el motor, acortar distancia para llegar hasta ti, entrar en el tráfico que exista, etc.
Deja espacio
Durante la marcha es muy importante que siempre dejes una distancia considerable entre tu coche y el vehículo que tengas delante de ti. Este espacio te servirá para poder en un momento de necesidad, voltear y cambiar de dirección sin que te moleste el vehículo que puedas tener delante, no dejándote realizar la maniobra con el suficiente espacio. Esto te ayudará a no tener que dar marcha atrás para poder ganar ese espacio necesario. Generalmente esta distancia vendría a ser el tamaño de medio automóvil.
Es imposible poder controlar el espacio entre tu vehículo y el que puedas tener detrás así que, con esta medida de seguridad, evitarás la posibilidad de que te puedas quedar encajonada siendo, por lo contrario, bastante complicado poder adelantar al vehículo que tengas delante para salir huyendo del lugar.
Siempre arrancado
En ningún momento debes de apagar el motor durante el tiempo que estés en marcha, en ciertos países es obligatorio apagar el motor en los semáforos, obviarás esta norma por tu seguridad.
Además en caso de que tengas que recoger a alguien en algún lugar, no debes parar el motor, no abras el seguro ni ninguna puerta, hasta el instante justo en que el pasajero vaya a abordar.
Parar el motor no solo te hará perder tiempo en tener que volver arrancarlo, sino que correrás el riesgo de no conseguir ponerlo en marcha a tiempo debido por ejemplo, al frio, a algún problema mecánico, a un momento de pánico, etc. además es recomendable mantenerlo en caliente y no perder revoluciones, las cuales necesitarás para salir muy rápida con tu vehículo. También te relajaría sicológicamente el no sentir el ruido del motor y bajaría la guardia y la tensión muscular que necesitas mantener.
Cristales arriba
Es importante que pienses en tu automóvil como un pequeño fuerte, debes de cumplir las siguientes normas para que así sea.
Mantén los cristales subidos del todo. Será difícil que te puedan agredir de esta manera, un cuchillo no atravesaría fácilmente estos y evitaría un agarre directo. Recuerda que los cristales delanteros están laminados, esto quiere decir que aunque los rompan, no será fácil traspasarlos, no es así con los laterales que están preparados para que se descompongan, es decir, que sí se pueden romper con más facilidad y acceder a ti.
Cinturón atado
El cinturón deberá ir cruzado (ya hablamos en un artículo anterior de esta técnica de seguridad), esto te evitará no solo no bajar la seguridad en caso de accidente, sino que en el caso de tener que aplicar maniobras de conducción ofensiva/defensiva, te dará destreza en la ejecución de estas y te mantendría fuertemente firme en tu asiento. https://www.aprendeaprotegerte.com/como-subirme-con-seguridad-en-mi-vehiculo-ante-el-riesgo-de-una-posible-agresion-de-violencia-de-genero/
Vehículo como arma
Tu vehículo te aporta una de las mayores ventajas a la hora de defenderte, en el supuesto caso de que el agresor te acorrale y pretenda agredirte con el uso de un arma de fuego, en el cual, sin duda alguna, tu integridad física estará en muy grave peligro. Es aquí cuando estarás en pleno derecho en atropellarle con tu automóvil para poder defenderte, no sería así en el caso de portar un arma blanca, ya que supuestamente estarás a salvo dentro de tu vehículo y con posibilidad de huir, a no ser que tu vida corriera verdadero peligro sintiéndote acorralada y en riesgo de muerte.
No deberás olvidar nunca la proporcionalidad de la legítima defensa, en la cual debe haber una equiparación de fuerza en la defensa entre el agresor y la víctima.
Por ejemplo; si el agresor viniese a tí gritando sin ningún arma y teniendo la posibilidad de huir con tu vehículo en dirección contraria y le atropellas y lo matas, aquí no existiría proporcionalidad.
Alertar y ahuyentar
Tu automóvil te ofrece ciertas ventajas a la hora de ahuyentar y desestabilizar al agresor, en el caso de ser de noche y el agresor se pusiera delante del vehículo, usa las luces largas para cegarlo momentáneamente. Como si de una granada aturdidora policial se tratase, las cuales aparte de un gran fogonazo producen un estallido que desorientan a los malos, las luces largas acompañadas del claxon ininterrumpidamente de tu automóvil le ofuscaran, además de avisarle de que se quite del medio de la carretera en el caso que te esté obstruyendo el paso. Todo esto acompañado de una buena aceleración que le asuste de ser atropellado.
Con estas actuaciones llamarás la atención y conseguirás que te puedan auxiliar los observadores que estén en el lugar. Supuestamente ante un posible atropello, te dará veracidad de que el atropello fue en legítima defensa, habiendo dado la posibilidad al agresor de quitarse del medio.